Ya han pasado dos meses desde la última vez que nos
vimos, 61 días desde aquel fatídico martes en el que nuestras vidas dieron un
giro inesperado, había llegado el momento en el que nuestros destinos debían
seguir caminos diferentes.
Recuerdo tus primeras palabras aquella mañana
soleada de primavera “Ha llegado el momento de separarse, nada volverá a ser
igual”, palabras que el tiempo no ha podido borrar de mi memoria. Reconozco que
al principio me hicieron gracia, pensé que tendrías uno de esos días
melancólicos en los que todo lo ves del revés, perdida en un mundo paralelo.
Pero que equivocada estaba, no quería comprender lo
que tú me estabas intentando mostrar. Presa de mi ignorancia, me negué a pensar
que ese mundo, donde mi vida era un auténtico cuento de hadas, lleno de
felicidad y amor, pudiese llegar a cambiar. Mientras la venda que cubre tus
ojos durante los primeros años de vida no se cae, no eres consciente de la vida que te espera,
todo parece un patio de recreo en el que los juegos vuelan de un extremo a otro
sin apenas respirar.
Mi vida se convirtió en una pesadilla desde aquel 28
de Mayo, día en el que cada una fue llevada a un nuevo hogar, separadas por
miles de kilómetros de distancia. Encerrada en una caja de cartón viví el que
sería el primero de muchos otros viajes en coche.
Después de un interminable viaje y unas agónicas
horas llegué a mi nueva vivienda, donde me esperaba “la familia” que a partir
de ese momento se encargaría de mi cuidado. Las primeras horas transcurrieron
sin demasiados contratiempos, estaba desorientada y no entendía el porqué de
este cambio tan radical. La noche no tardó en caer y con ella mis primeras
lágrimas, te echaba de menos y la incertidumbre de no saber lo que estaba
pasando me provocaba una ansiedad muy fuerte. Finalmente el llanto dio paso al
sueño, quedando profundamente dormida en la soledad de mi nueva cama.
Las horas, los minutos y los segundos seguían su
curso y mi existencia no tardaría en convertirse en una rutina aburrida y
dolorosa donde tú estabas presente dentro de mi mente en todo momento. Cada
mañana después del almuerzo mis dueños me subían al coche para ir a lo que
ellos llamaban “campo de adiestramiento”, allí me sometían a una serie de
pruebas con obstáculos que a mí me parecían muy duras. Cada vez que no
conseguía hacer algo o que no podía hacerlo como ellos me exigían, me pegaban,
dejándome profundas marcas que no conseguía llegar a curar nunca.
Mi cuerpo cada vez estaba más débil y levantarme
cada mañana era un reto. Mis patas no conseguían mantener mi cuerpo en pie y el
apetito poco a poco fue desapareciendo. Mis jefes, como yo los empecé a llamar,
no tardaron en darse cuenta que mi estado de salud, fruto de los golpes que
ellos me propinaban, era cada día peor y no podía seguir realizando las
actividades que ellos me imponían. Ya no era “útil” para ellos, no podía hacer
lo que ellos querían y no dudaron en abandonarme en la calle como a un trasto
viejo que ya no sirve, sin tener en cuenta mis sentimientos o lo que es aún más
grave, sin importarles lo que me pudiese pasar. No se molestaron en intentar
conocerme ni en comprender que nosotros somos como las personas y tenemos
nuestro corazón. Yo estaba muy débil, en estas condiciones no lograría
sobrevivir mucho tiempo.
Lo cierto es que ya ha pasado una semana desde que
se deshicieron de mí. He conseguido hacer un huequecito entre dos arbustos, donde
paso la mayor parte del tiempo, tirada sin apenas moverme. Únicamente salgo
para buscar algo de comida entre los restos que los humanos tiran a la basura.
Necesito ayuda, no puedo seguir viviendo así. Quiero abandonar este infierno y
volver a ser como era antes. Hace tiempo que no veo ningún atisbo de felicidad
en mi vida y deseo recuperarla.
No sé si llegarás a recibir estas palabras pero yo
pondré todo mi empeño para que así sea, eres mi última esperanza para recuperar
la ilusión por la vida.
Te quiere, Laica
Es un relato precioso pero al mismo tiempo es tan triste.....
ResponderEliminarmuchísimas gracias por tu valoración. El próximo está al caer y puede ser que sea más feliz :)
EliminarMe encanta
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro que te gustase :)
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